viernes, 9 de enero de 2015

Contra las infracciones por #ruido que caiga todo el peso de la administración. ¿Pero cárcel?.

El fiscal pide 3 años de cárcel para un hostelero por el ruido de su bar y que indemnice con 6.000 euros a sus vecinos

Solicita, además, 4.500 euros de multa y dos años de inhabilitación para ejercer un oficio relacionado con la hostelería »Será el primer juicio penal que se celebra en la provincia por contaminación acústica

Redacción 09.01.2015 | 04:55

El local del bar denunciado en Doctor Canoa está ahora vacío. // A. Irago
El local del bar denunciado en Doctor Canoa está ahora vacío. // A. Irago
 
 

La Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, acogerá la próxima semana el primer juicio penal que se celebra en la provincia por contaminación acústica. Acusado de este delito de sentará en el banquillo Fernando C.S., regente de la cafetería la "Nueva Era" ubicada en el bajo del número 8 de la calle Doctor Canoa y en la actualidad cerrada,para quien el fiscal pide una pena de 3 años de cárcel, 4.500 euros de multa, una indemnización para los vecinos del primer piso de 6.000 euros y dos años inhabilitación especial para profesión u oficio relacionado con la hostelería.

Según consta en el escrito de acusación, "prácticamente" desde que el acusado comenzó a explotar el establecimiento de hostelería -con licencia para la actividad de café bar sin música- en noviembre de 2007, "el ruido producido por el local excedió el límite máximo permitido, llegando a percibirse en la vivienda sita en el primer piso del mismo inmueble situado sobre la cafetería". Los inquilinos de este piso trataron de solucionar el problema hablando con Fernando, aunque de nada sirvió. Estos avisaron a la Policía Local en abril de 2008 para que realizase mediciones del sonido en su dormitorio entre las 1.25 y las 1.35 horas, arrojando "34.1 decibelios", cuando el límite se sitúa en 30 db.

Los vecinos llegaron a solicitar al Concello la presencia de patrullas de paisano, puesto que cuando el hostelero detectaba la presencia policial bajaba el volumen. Y así fue como de nuevo las posteriores mediciones volvieron a detectar excesos de ruido superiores a lo permitido. El Concello acabó sancionándole, pero los afectados fueron más allá y en junio de 2011 denunciaron los hechos en el juzgado de instrucción.

"A consecuencia de este ruido constante producido desde noviembre de 2007", añade el escrito del fiscal, la vecina sufre sintomatología ansioso-depresiva, con insomnio e irritabilidad por lo que necesitó tratamiento médico que aunque ha mejorado su estado no logró su total curación. Su hijo de 11 años sufre epilepsia y migrañas que también precisan de tratamiento médico, "el cual, a su vez, requiere un buen descanso ya que provoca una mayor necesidad de dormir, aumentando sus crisis cuando no puede dormir o descansar adecuadamente".

Por todas estas razones, el fiscal, además de solicitar las penas anteriormente expuestas, solicita la clausura definitiva del local. Aunque en la actualidad el bar está cerrado y en la fachada del local luce el cartel de "Se alquila".

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